Aunque sé que no te gustan;
Brillan las pecas en tu rostro
Como estrellas en el firmamento
Fijas, sobrias y pensativas,
Anhelando que el viento las acaricie.
Incontables manchas de tu piel,
Diminutas, y pacientes aguardan
Suspendidas en la leche de tú epidermis
Como esperando que las toque con mis labios
Miríadas de hormigas te suben por la cara
Marchan por tus poros como si fueran suyos
Sin embargo tú no sientes sus cosquillas
Ni las sientes adherirse a tus encantos.
Las cuento, las admiro y las nombro,
Cada una es especial, cada una es mía
Aunque sea por breves instantes de ésta larga vida
Aunque sólo sea por hoy.
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